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Telar

De EnciclopediaGuanche

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El telar es una máquina para tejer, construida con madera o metal, en la que se colocan unos hilos paralelos, denominados urdimbres, que deben sujetarse por ambos extremos. Mediante un mecanismo, estos hilos son elevados individualmente o en grupos, formando una abertura denominada calada, a través de la cual pasa la trama.[1][2]

Puede ser artesanal o industrial. Los telares artesanales se clasifican en tres grandes familias: bastidores, verticales y horizontales. Los telares industriales se clasifican según el tipo de tejido que producen: hay planos, circulares y textiles.

Para realizar un telar con lana teñida, en primera instancia se debe realizar una salida al campo y buscar plantas autóctonas de la Patagonia con propiedades tintóreas. Se puede recolectar zampa, vidriera, yaoyin, calafate, molle, entre otras. El siguiente paso consiste en lavar e hilar la lana para luego teñirla utilizando una olla con agua hirviendo, en la que se introduce la planta. Una vez obtenido el color deseado, se utiliza la lana para confeccionar el telar, construido con madera y clavos y pillas.

Telares artesanales

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  1. Marco de madera
  2. Asiento para el tejedor
  3. Warp beam- let off
  4. Hilos de urdimbre
  5. Haz trasero o platena
  6. Varillas – usados para hacer una calada
  7. Marco de lizo - también denominado arnés
  8. Lizo- también denominado "el ojo"
  9. Lanzadera con hilo de trama
  10. Calada
  11. Tela completada
  12. Haz de pecho
  13. Batidora con peine de rejilla
  14. Ajuste de batidora
  15. Torno
  16. Pedales
  17. Receptor rodante de tejido

Los bastidores son todos aquellos marcos de madera cuadrados, rectangulares, triangulares y hexagonales, con medida menor a 50 × 70 cm, para hacer tejidos planos - no elásticos. Los bastidores circulares y el llamado erróneamente "maya" (en realidad, "de malla") son para hacer tejido de punto —elástico—.

Los verticales son rectángulos de madera, que se sostienen verticalmente sobre una base y que a veces tienen una tabla, a manera de asiento, adicionada a sus vigas verticales. Se utilizan principalmente para fabricar tapices, tapetes y cojines en tejido anudado.

Los horizontales son máquinas con marcos de madera que contienen las agujas o mallas por donde pasan cientos y miles de hilos para tejer la tela, principalmente en algodón o utilizando la lana de los camélidos andinos (guanaco, llama, alpaca vicuña), también las de oveja y cabra.

Telares industriales

Los telares industriales planos tejen telas con base en los tres ligamentos básicos: tafetán, sarga y raso.

Funcionamiento

Lanzaderas

En los telares para tejido plano o rectangulares, los hilos base, sobre los cuales se teje son la urdimbre, se colocan verticalmente. Los hilos con los cuales se teje, colocados horizontalmente, se denominan trama. El tejido o tisaje es un proceso por el cual se va pasando la urdimbre por arriba y debajo de la trama, cruzándola. Con este cruzamiento entre trama y urdimbre se consigue la tela.


Historia

Existen diferentes versiones sobre la invención del telar. La tradición china ubica su invención en la época del Emperador Amarillo[3], mientras que algunos han asegurado que el telar fue inventado por los indígenas sudamericanos[4]. Otros especulan que fue desarrollado en el periodo neolítico[5] en Mesopotamia.[6]

El telar de pedal fue inventado en el siglo X, en la temprana Edad Media.[7] El clérigo escocés William Lee inventó el primer telar para medias en 1589. El telar de Jacquard automático fue inventado en 1801 por Joseph Marie Jacquard, y una versión del telar mecánico (el cual jugó un papel importante en la revolución industrial) fue inventada por el clérigo inglés Edmund Cartwright en 1784. Ésta fue patentada un año después, pero debido a fallos, Cartwright desarrolló su versión definitiva en 1789, la cual sirvió de modelo para desarrollos posteriores.

Charles Babbage, con ayuda de Augusta Lee, descubrió un patrón para tarjetas perforadas por medio del telar, lo cual contribuyó a la idea de la computadora.[8]

Telares en Canarias

Los telares horizontales comenzaron a verse en Canarias con la llegada de las mujeres de los colonos, si bien también es cierto también que tras la conquista los colonos que llegaron eran fundamentalmente varones. Desde entonces y hasta la actualidad el tipo de telar sigue siendo prácticamente el mismo. Este oficio lo realizaban las mujeres de las zonas rurales y con ellos se confeccionaba todo tipo de piezas desde mantas a trajes tradicionales. En el siglo XX se abandonó casi por completo esta práctica y hoy en día solo quedan unos pocos telares llevados por unas pocas artesanas que exponen y venden sus piezas en las tiendas y ferias de artesanía.

Telar tradicional

Descripción

Este trabajo lo realizaban sobre todo las mujeres, y generalmente lo llevaban a cabo en una habitación de la propia casa de la tejedora, dueña del telar horizontal, que destinaba una estancia para taller donde ubicaba el telar, que no era móvil, y servía tanto de almacén de la producción como de las demás herramientas necesarias (urdidera, devanadera, aspa, canutillos, espadilla, lanzaderas, etc.). La materia prima que utilizaban era tanto de origen vegetal como animal, así tejían con lino, algodón, seda, lana de camello y sobre todo lana de oveja. A estos materiales les daban color gracias a diferentes tintes naturales como la cáscara de almendra con la que llegaban a un amarillo tostado, la de cebolla para un tono amarillo dorado, la cochinilla, con la que se consiguen diferentes tonos de escarlatas y la orchilla y el añil para el azul.

El proceso de trabajo consiste en devanar las madejas, que se sitúan en la devanadera, para hacer los ovillos; después se llenan las cañuelas, es decir se enrolla el hilo alrededor y se meten en la lanzadera, para poder empezar con las labores de tejido que consisten en urdido, asentado de la tela en el telar, enhebrado de lizos, enhebrado del peine, amarrado de la urdimbre y finalmente del tejido. Dependiendo de la forma de enhebrar y del número de lizos así como los movimientos de pedales del telar se consigue un tipo de tejido u otro, por ejemplo, con 2 lizos se logra el tejido básico o liso, mientras que con 4 se obtiene el tejido de jerga o cordoncillo, de espiga o de cuadros.

Como resultado de este dificultoso trabajo se obtenía una producción que se puede dividir en lienzos de lana y lienzos de traperas (realizados con telas que reutilizaban cortadas en tiras y de gran colorido), con los que creaban todo tipo de piezas como mantas, colchas, manteles, toallas, capotes e incluso fajines y telas para trajes tradicionales.


Historia

El oficio de tejedor en Canarias lo ejercían principalmente las mujeres de las zonas rurales que habían aprendido de las mujeres de los colonos y les servía como complemento de sus escasos ingresos en las actividades agrícolas. Por lo general trabajaban por encargo y el material lo podía proporcionar el mismo cliente.

Entre los siglos XVII y XVIII la industria de los telares manuales vivió un gran empuje gracias tanto al boom demográfico como a la falta de comunicación que sufrían las zonas rurales, que además contaban con una considerable cantidad de materia prima, y que por tanto se veían obligados a autoabastecerse.

Posteriormente, en el siglo XIX, empieza el declive de este tradicional oficio, se trata de la era de la industrialización que conlleva el abaratamientos de las telas, además, mejoran los transportes y las zonas rurales empiezan a sufrir una disminución de la población.

En los primeros años del siglo XX, muchos tejedores cambiaron los telares por otros oficios artesanos de los que sacaban mayor rentabilidad, como las rosetas y los calados. Sin embargo, tuvo un momento de resurgimiento durante la postguerra civil española debido a la crisis económica y social, con el cierre de las importaciones, proveyendo de esta manera al mercado interno.

En la actualidad quedan unos poco telares y resulta muy difícil encontrar tejedores que se dediquen a esta artesanía casi extinta.

=== ¿Sabías qué? ==? Durante el siglo XX, para aprovechar la madera de los telares abandonados algunos se reutilizaron y con ellos se fabricaron muebles aperos de labranza o simplemente acabaron como leña… Hoy quedan solo unos pocos telares tradicionales en las Islas.

Referencias

  1. Evolución de los telares a lo largo de la historia.
  2. Eric Broudy. The Book of Looms: A History of the Handloom from Ancient Times to the Present.
  3. John C. Ferguson. Survey of Chinese Art. Chapter IX. Textiles. p. 117
  4. Katanga A. Bongo (2008). "Civilization and the Ancient Egyptians". OUTSKIRTS PRESS. p. 24
  5. Jorge Juan Eiroa (1994), "La prehistoria I". Ediciones AKA. p. 51
  6. Karen Rhea Nemet-Nejat (1998). "Daily Life in Ancient Mesopotamia". Greenwood Publishing Group., p. 288
  7. Misperceptions about Medieval Clothing. Barony of Carillion
  8. F. David Peat (2012). "Acción suave: Alternativas innovadoras para un mundo en crisis". Editorial Kairós, p. 22

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