Franquismo
De EnciclopediaGuanche
(Redirigido desde «Régimen franquista»)Se conoce por franquismo tanto al conjunto de ideologías y movimientos afines a la dictadura de Francisco Franco como a dicho régimen político, surgido en España tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta la muerte natural del dictador en 1975, así como el período histórico]] que comprende.
Características y fundamentos ideológicos
Las bases del régimen franquista fueron, entre otras, el nacionalismo español, el ultraconservadurismo, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como a partir de los años 60 como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria al considerar el dictador que la lucha partidista era ineficaz para el progreso del Estado.
En la Guerra Civil causada por la sublevación militar reaccionaria contra el gobierno democrático de la Segunda República, los sublevados contaron con el apoyo exterior de la Italia fascista y la Alemania nazi, regímenes con los que el franquismo sentía afinidad.
A partir de las derrotas de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, el régimen se fue deshaciendo de su carácter profascista, aunque siguió utilizando su simbología. El franquismo tuvo que buscar nuevas alianzas internacionales, y fue disminuyendo el papel de la Falange en favor de otros grupos políticos. El régimen buscó ahora una alianza con Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría, aprovechando la afinidad en cuanto al anticomunismo.
En la década de 1960, aparte de romperse el aislamiento internacional del país, destacó, junto a la mantenida concentración de poderes en Franco, el protagonismo dentro del gobierno de los conocidos como tecnócratas del Opus Dei.[1].
Durante los años del franquismo se mantuvieron una serie de fundamentos políticos e ideológicos, característicos algunos de los regímenes fascistas en general, y otros particulares de la versión española del fascismo, el franquismo; entre ellos:
- Anticomunismo. Se oponía por completo al comunismo y, de hecho, a toda ideología de izquierdas, ya sea la izquierda radical revolucionaria o la burguesía democrática progresista. Algunos lemas del franquismo reflejan esta idea, como «el Centinela de Occidente», vigilando que el comunismo no llegara a España ni al resto de Occidente.
- Antiliberalismo. El franquismo es un sistema completamente opuesto a toda clase de libertad política o social; por lo tanto se opone a la democracia, a la separación de poderes, a que la soberanía nacional resida en el pueblo, etc. En las últimas etapas del régimen se adoptaron elementos del liberalismo autoritario, es decir, adoptando algunos elementos liberales en materia económica, pero negando los derechos civiles y sociales propios del liberalismo democrático.
- Antiparlamentarismo. Debido a la creencia de Franco de que la democracia liberal y los partidos políticos habían causado la decadencia en España, se sustituyó la democracia parlamentaria por la «democracia orgánica», un sistema pseudodemocrático sujeto, en realidad, a la voluntad de Franco mantenida hasta su muerte.
- Autoritarismo. El régimen de Franco intentó introducirse y dominar todos los aspectos de la vida nacional y social mediante una serie de organizaciones de encuadramiento social dirigidas principalmente por la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).
- Nacionalismo. El régimen de Franco se sustentó en la divulgación de la idea del régimen como responsable y causante de mantener la unidad nacional; la prohibición y persecución de grupos independentistas regionalistas, así como la limitación de algunas costumbres regionales y la intervención de instituciones locales mediante la remoción de integrantes y dirigentes por líderes afines al régimen.
El historiador Javier Tusell señala en su obra Historia de España en el siglo XX (1999) en relación a la ideología del régimen[2]:
{{cita|Si la voluntad fascistizadora, sin duda, existía, cabe preguntarse, sin embargo, por qué no sólo no triunfó, sino por qué estuvo siempre muy lejos de conseguirlo. Por supuesto, la respuesta a esta pregunta se encuentra en la dinámica política, es decir, en la propia evolución de los acontecimientos en los que, como hemos visto, se entrelazó estrechamente la política interna con la situación internacional. En suma, la fascistización del régimen sólo hubiera sido posible en el caso de que la España de Franco hubiera decidido intervenir en la guerra mundial al lado del Eje; eso hubiera traído, con toda probabilidad, una modificación paralela de sus estructuras políticas definitiva e irreversible.|Javier Tusell, Historia de España en el siglo XX. III. La dictadura de Franco (1999)[2]
El historiador estadounidense Stanley G. Payne en su libro El fascismo (1982) califica al franquismo de 1939 a 1945 de «semifascista» y a partir de la segunda fecha en adelante de «autoritario burocrático»[3]:
Es innegable que el franquismo inicialmente contenía un importante componente de fascismo; pero estaba tan limitado en el marco de una estructura derechista, pretoriana, católica y semipluralista que probablemente sería más exacto aplicarle la categoría de «semifascista». (...) A finales de 1945, España había avanzado bastante en el proceso de transición de un Estado semifascista y parcialmente movilizado a un régimen «autoritario burocrático», corporativista y no movilizado.
Stanley G. Payne, El fascismo (1982)[3]
Simbología del franquismo
Desde principios del régimen, se comenzaron a adoptar una serie de símbolos, uniformes, etc., de inspiración fascista o nazi, similares a los que se usaron en Italia o Alemania, incluyendo el saludo fascista con el brazo extendido.
- Nacionalcatolicismo. El régimen estaba estrechamente relacionado con la Iglesia católica y muy especialmente con el ultramontanismo. El clericalismo católico controlaba en gran medida la sociedad mediante la censura, la prensa, el código penal, etc. El nacionalcatolicismo fue el principio ideológico que actuó de soporte para fundamentar la depuración que se llevó a cabo para purgar el Estado republicano de desafectos hacia los principios del Movimiento Nacional, fue especialmente intensa la depuración del magisterio, reprimiendo a muchos maestros y profesores, lo cual retrasó la alfabetización de toda la población.
- Nacionalismo esencialista y centralismo. Opuesto a:
- Cualquier tipo de nacionalismo (incluso al nacionalismo liberal español) que amenace la unidad de la nación española o ponga en cuestión lo que para el régimen era existencia intemporal de la nación y sus esencias ancestrales e imperecederas (el idioma, la cultura, la historia, la religión y la raza).
- A cualquier forma de autogobierno regional. Durante las dos primeras décadas de la dictadura se prohibió y persiguió el uso en público de otras lenguas (catalán, gallego, asturiano, euskera...), una política de represión que se suavizó a partir de la década de 1960. Asimismo, se prohibieron las banderas y demás símbolos nacionalistas, a excepción de los de la nación española, según los modelos franquistas. El centralismo político y administrativo sólo toleró como excepciones el trato diferenciado dispensado a Navarra y a Álava como contraprestación por el apoyo brindado a Franco por los carlistas durante la guerra.
- Tradicionalismo. Durante la dictadura se exaltaban las tradiciones y los viejos símbolos, rememorando continuamente la edad de oro de España, los Reyes Católicos o los fueros (contrapuestos a constituciones modernas).
- Militarismo. El Ejército fue considerado garante y defensor de las esencias patrias.
- Partido único. Sólo se permitió la existencia de la FET y de las JONS, más tarde rebautizado como Movimiento Nacional (1958), a partir de la unión de la Falange Española (fundada por José Antonio Primo de Rivera) y la Comunión Tradicionalista de los carlistas. El resto de partidos fueron puestos fuera de la ley y sus militantes encarcelados o asesinados.
- Corporativismo sindical. con el Fuero del Trabajo se prohíben, al igual que los partidos, los sindicatos de trabajadores o patronos, y se crea en cambio el Sindicato Vertical, regulado desde el gobierno.
- Control de los medios de comunicación. Bien a través de la censura, bien a través del control de otros medios de comunicación como Radio Nacional de España, Radiotelevisión Española y otros periódicos como El Alcázar, el Diario Arriba (oficial del régimen) y otros.
- Influencia en las familias. A través de diversas organizaciones de FET y de las JONS, con el objeto de difundir, en la mayoría de los casos, determinados principios ideológicos conservadores. Algunos ejemplos de instituciones que operaron en este sentido fueron la Sección Femenina, el Frente de Juventudes, la FEN, la OJE, etc.
- Culto al Caudillo. Se impuso una exaltación de su persona, usando apodos como «Caudillo»; «Salvador de España»; «la espada más limpia de Europa»; «el centinela de Occidente»...
Bases políticas del régimen
El sistema político se basó en la dictadura del partido único, el Movimiento Nacional, heredero de FET y de las JONS (1937).
Dentro de una completa subordinación al «Caudillo», hubo diferentes «familias» o grupos —nunca partidos— con diversa sensibilidad política. Cada una trató de influir en las decisiones del dictador, y la habilidad de éste consistió en confiarles parcelas de poder convenientemente medidas, apoyarse sucesivamente en una familia u otra según conviniera en cada momento, desplazando del primer plano (sin dejar de contar con ellas) a las que se hacían incómodas por alguna razón interna o externa y garantizarse de esa manera su presencia indiscutida en el poder. Cuando estalló algún escándalo que podía atribuirse de algún modo a los recelos entre las familias (como el caso MATESA), Franco optaba por soluciones expeditivas y salomónicas («castigar» a ambas partes, de forma paternalista). Eran habituales las expresiones de Franco en que despreciaba la actividad política (propia de «politicastros»), e incluso ninguneaba a sus propios ministros, haciéndose célebre su consejo: «haga como yo, no se meta en política».[4]
Referencias
- ↑ Cf. Borja de Riquer, La dictadura de Franco, Volumen 9 de Historia de España (J. Fontana y R. Villares, dir.), Crítica-Marcial Pons, Barcelona, 2010, pág. 474.
- ↑ 2,0 2,1 Tusell, Javier Historia de España en el siglo XX. III, La dictadura de Franco Madrid: Editorial Taurus, 1999. página 54
- ↑ 3,0 3,1 Payne, Stanley G. El fascismo Madrid: Alianza Editorial, 2014. páginas 193, 195.
- ↑ «Haga como yo, no se meta en política». Artículo de Antón Losada en El Periódico de Catalunya. Barcelona, 24 de febrero de 2004.