Pieter van der Does
De EnciclopediaGuanche
(Redirigido desde «Van der Doez»)Pieter van der Does (Leiden, 1562 - Santo Tomé, 24 de octubre de 1599) fue un marino, militar y corsario holandés que atacó la isla de Gran Canaria.
Vida
En mayo de 1599 los Estados Generales de los Países Bajos le otorgaron el mando de una flota de 74 buques de guerra, con insignia en el Orangieboom, y nueve compañías de 200 soldados, con un total de 8 ó 9.000 hombres. La armada se agrupaba en tres escuadras, cada una con insignia naranja, blanca y azul, respectivamente: la escuadra naranja la comandaba el propio Pieter van der Does; la escuadra blanca estaba bajo las órdenes de Jan Gerbrantsz; la azul llevaba como vice-almirante a Cornelis Geleyntsz van Vlissingen.
Tan inmensa armada debía asestar un duro golpe a los españoles, cortando las comunicaciones entre España y sus territorios ultramarinos capturando cuantos barcos españoles se pusieran a su alcance. Sin embargo, tras zarpar del puerto de Flesinga el 28 de mayo de 1599, fue de fracaso en fracaso.
Hallando La Coruña y Cádiz sobre aviso y preparadas para resistir su ataque, se lanzaron sobre Las Palmas de Gran Canaria el 25 de junio, ciudad que conquistaron el 28. Incapaces de conquistar la isla y derrotados por los isleños, el 8 de julio quemaron la ciudad y se retiraron con unos 1.400 muertos y 60 heridos
La armada saqueó la Gomera, y entonces se dividió en dos: 35 naves retornaron a su patria bajo las órdenes de Jan Gerbrantsz, mientras las demás prosiguieron la campaña con Van der Does. El almirante holandés se dirigió a la isla portuguesa de Santo Tomé, donde se apoderó sin mayor dificultad de la población fortificada de Pavoasán, obteniendo un gran botín consistente en 100 piezas de artillería, 1.900 cajas de azúcar, 1.400 colmillos de elefante, mucho algodón y otras mercaderías.
Sin embargo, los holandeses también se encontraron con una terrible enfermedad, la malaria, que se cobró en torno a 1.800 vidas, entre ellas la del propio Pieter van der Does.
Por el número de bajas y los discretos logros obtenidos, la empresa fue un rotundo fracaso. Incluso, de vuelta a casa y a la vista de Flesinga, uno de los galeones de la expedición, diezmado por la malaria, fue capturado tras un breve combate por una galera española. El botín, valorado en 30.000 libras, ni siquiera compensó los gastos de la expedición, y, para colmo, resultó que una tercera parte del mismo era propiedad de empresas de las Provincias Unidas. Otra buena parte era propiedad de venecianos, a los que hubo que indeminzar.