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Agustín Cabrera Bethencourt Dumpiérrez

De EnciclopediaGuanche

Pintura de Agustín de Cabrera Bethencourt.
Durante su mandato se realizaron reformas en la Casa de los Coroneles.

Agustín de Cabrera Bethencourt Dumpiérrez (1743-1828) fue un militar, comerciante y terrateniente canario, quinto de los coroneles de Fuerteventura que, desde la Casa de los Coroneles administraba el señorío de la isla, al residir los señores feudales fuera de la misma.

Era hijo de Ginés de Cabrera y Cabrera y de Sebastiana Sánchez Dumpiérrez y Cabrera, primos entre sí, recibiendo por herencia los vínculos y propiedades de ambas ramas de la familia, dentro de las políticas matrimoniales endogámicas de las familias de la élite. El propio Agustín Cabrera se casaría con otra prima, María Magdalena de Cabrera y Cabrera, heredera del vínculo fundado por Julián Mateo de Cabrera[1]

Agustín Cabrera amplió los negocios tradicionales de la familia, basados en la exportación de grano (cebada y, en menor medida, trigo) hacia otros productos como la barrilla. Estableció relaciones comerciales con otras familias de la élite canaria como los Cólogan.


También consiguió con su influencia que se construyera la Casa de la Cilla de La Oliva en 1815, pero no fue hasta cuatro años después en 1819, que realmente se puso en marcha la obra. Esto fue a causa de las tensiones y conflictos que había entre el coronel y Julián Leal Sicilia,[2] un burgués de la isla perteneciente a una familia con orígenes en La Palma.

Fue uno de los mayores terratenientes y personajes más ricos en la Canarias de su tiempo. Quiso ennoblecerse por medio del título de conde de las Rozas de Fuerteventura, elevando su petición al rey Carlos IV, pero el dominio francés de José I Bonaparte interrumpió dichas gestiones.

Su hija María Magdalena de Cabrera contrajo matrimonio con el grancanario Francisco Manrique de Lara y del Castillo, emparentando así a los coroneles de Fuerteventura con otra poderosa familia de Canarias, los Manrique de Lara [3].

Referencias