Barranco del Infierno
De EnciclopediaGuanche
El Barranco del Infierno es un barranco emplazado en el municipio de Adeje en Tenerife (Canarias), parte del cual está declarado espacio natural con el nombre de Reserva Natural Especial del Barranco del Infierno. Esta reserva que cuenta con 1.843,1 hectáreas se caracteriza por la presencia de barrancos profundos, separados por estrechas lomas y distintas formaciones geológicas de interés como los roques del Conde, el de Imoque y el de Abinque. El área protegida establece sus límites con el Parque Natural de la Corona Forestal al norte y, al noreste, con el Paisaje Protegido de Ifonche. Todos estos parajes pertenecen a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias.
El lugar presenta uno de los cursos de agua permanentes más importantes de Tenerife, destacando en la cabecera del barranco una pequeña cascada que, a juzgar por la erosión observada en ambos flancos del barranco, debió de ser mayor en tiempos anteriores. La red hidrológica de este entorno ejerce un papel importante en el mantenimiento de los distintos procesos ecológicos relacionados con el ciclo del agua.
Vegetación
Entre la vegetación que coexiste en esta reserva destacan especies riparias, que guardan relación directa con el caudal de agua permanente, ecosistemas que, debido a la cada vez mayor escasez de recursos hídricos pluviales, se encuentran en verdadera regresión en el archipiélago. Entre ellas se incluye el sauce (Salix canariensis), especie también presente en Madeira. En los barrancos más intrincados existen restos de vegetación de tipo termófila y de monteverde, como el drago (Dracaena draco), el marmulán (Sideroxylon marmulano), mientras que en las zonas de mayor altitud se encuentran ejemplares dispersos de pinos. Como contrapunto, en las zonas más bajas se observan comunidades de tabaibal-cardonal. Entre los endemismos locales con presencia en la zona destacan una chajorra propia (Sideritis infernalis) y un tajinaste (Echium sventenii).
Fauna
Entre la fauna sobresalen los caracoles y las babosas, y además un ingente número de especies de insectos endémicos. De entre los vertebrados con presencia en el área protegida, las aves más abundantes son el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), el halcón de Berbería (Falco perigrinoides) y la aguililla (Buteo buteo insularum). Finalmente, se puede encontrar la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) que nidifica en las zonas interiores de los barrancos.