Diferencia entre revisiones de «Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife»
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(cuatro en total) echadas cosbre el vientre y cubiertas con el ''claft''. Fueron realizadas por el escultor Guzmán Compañ Zamorano (1878-1944). La puerta principal está labrada en madera con motivos geométricos; sobre ella, el dintel se decora con hojas de palmera y un sol con alas de águila, símbolo de [[Horus]]. El edificio se levanta sobre un [[estereóbato]]. | (cuatro en total) echadas cosbre el vientre y cubiertas con el ''claft''. Fueron realizadas por el escultor Guzmán Compañ Zamorano (1878-1944). La puerta principal está labrada en madera con motivos geométricos; sobre ella, el dintel se decora con hojas de palmera y un sol con alas de águila, símbolo de [[Horus]]. El edificio se levanta sobre un [[estereóbato]]. | ||
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Revisión del 18:57 9 ene 2022
Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, templo masónico ubicado en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife (Canarias), en la calle San Lucas. El edificio fue construido para uso de la Logia Añaza entre 1899 y 1902.
Historia de la Logia Añaza
El 8 de agosto de 1895 tuvo lugar la fundación del más importante taller masonico del novecientos en Canarias: la Logia Añaza, que se consolidaría con rapidez, logrando reorganizar a la masonería canaria del primer tercio del siglo XX.
La Logia se colocó bajo los auspicios de una obediencia española de segundo orden, el Grande Oriente Ibérico, al que se mantuvo unida hasta 1902. El Grande Oriente Ibérico había surgido en 1892 a partir de un grupo de logias provenientes, mayoritariamente, del Grande Oriente Nacional de España del Vizconde de Ros que, por varios motivos, decidieron no agruparse en torno al Grande Oriente Español de Morayta.
En 1903, ante las dudas sobre la verdadera importancia del Grande Oriente Ibérico, decidieron cambiar de auspicios, pasando a pertenecer al número 270 del renovado Grande Oriente Español. Añaza 270 perduró bajo esta obediencia hasta 1922. Entre 1923 y 1931, durante la II República, la logia se divide en dos: Añaza 270, adherida de nuevo al Gran Consejo Federal Simbólico del Grande Oriente Español; y Añaza Nº 1, con un numero menor de miembros que fueron expulsados del templo pese a sus reclamaciones.
El edificio
El Templo Masónico, situado en la calle de San Lucas, fue construido entre 1899 y 1902, según el proyecto del arquitecto municipal Manuel de Cámara y Cruz, cuya financiación corrió a cargo de la Logia Añaza. No obstante, la fachada no se concluiría definitivamente hasta 1923.
El 8 de noviembre de 1895 se constituyen dos comisiones, una formada por García Rodríguez, Díaz Curbelo y Torres Rodríguez, que es la que se encarga adquirir el templo. De forma simultánea, se alquila el edificio que ocupaba el número 47 de la calle de La Curva (hoy, Candelaria), para la actividad masónica, un contrato formalizado en 1896. El precio del solar, de 552 metro cuadrados, ascendió a 2.008 pesetas. El presupuesto inicial de construcción fue de 15.000 pesetas, sin incluir el frontis ni la verja de cerramiento. Finalmente, la obra se elevó a 20.008 pesetas, repartidas en doscientas acciones. Se solicitó la licencia municipal el 12 de octubre de 1900, siendo aprobado 12 días después.
El Edificio fue usado como centro educativo gratuito, la Escuela de Añaza, financiada por la logia. La misma también cedió al Ayuntamiento el actual Centro de Formación Ireneo González al precio de una peseta, con la condición de que se mantuviera la formación gratita.
El edificio está retranqueado con respecto a los circundantes; contiene un fuerte simbolismo,principalmente de inspiración egipcia.
La fachada se articula en tres cuerpos; el central se compone de dos enormes columnas embebidas), con fuste liso y capiteles con hojas de palmera (palmiformes), que sostienen un voluminoso frontón triangular. En éste se encuentra un ojo con rayos radiantes, en representación del Ser Supremo, Gran Arquitecto del Universo según la simbología masónica. Flanqueando cada columna, se encuentran dos esfinges (cuatro en total) echadas cosbre el vientre y cubiertas con el claft. Fueron realizadas por el escultor Guzmán Compañ Zamorano (1878-1944). La puerta principal está labrada en madera con motivos geométricos; sobre ella, el dintel se decora con hojas de palmera y un sol con alas de águila, símbolo de Horus. El edificio se levanta sobre un estereóbato.
Tras la puerta principal se accede a un vestíbulo. Al otro lado del mismo se encuentra una puerta, en correspondencia con la anterior, que da paso al salón de tenidas. De este espacio se conserva el pavimento de mosaico,las columnas en relieve, y el espacio elevado que preside la sala. No obtante, los frescos del techo han sido repintados en blanco, y la estructura de madera cubierta por un falso techo de aluminio.
El edificio cuenta además con una Sala de Reflexiones en el subsuelo, hecha en un tubo volcánico natural; en el segundo piso se halla la Sala de Banquetes, con ventanas a la fachada. El último nivel posee algunas habitaciones.
Expolio
El 15 de septiembre de 1936, en el primer decreto contra la masonería dictado por el General Franco, este inmueble es requisado y cedido a la Falange Española, que llegó a cobrar a los visitantes que quisieran visitar la Sala de Reflexiones. Durante este periodo también se utilizaron las instalaciones del Templo para realizar torturas a los presos políticos. Poco después, se convertiría en el almacén de la Farmacia Militar, actividad que se compaginó después con una óptica para el Ejército, mientras en la parte superior se habilitó como acuartelamiento para soldados hasta que en 1990 quedara cerrado hasta la fecha. Los arhivos de la logia fueron llevados a la Delegación de Servicios Especiales de Salamanca, actual Sección "Guerra Civil" del Archivo Histórico Nacional, donde continúan.
Finalmente, en época de democracia, el Estado vendió el edificio al Ayuntamiento de Santa Cruz en el año 2001 por más de 470.000 euros.
Restauración
El edificio se encuentra en trámites previos para su restauración, dirigida por el arquitecto José Miguel Márquez Zárate. Se pretende devolver el edificio a su estado original, eliminando los añadidos echos por los militares y recuperando en lo posible los elementos destruidos. No existe todavía un plan claro por parte del Ayuntamiento sobre su uso, si bien se baraja que alberge un Museo de la Masonería, salas de exposiciones... No se descarta que parte del edificio pueda ser usado por los masones.
El Templo ha sido declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Bibliografía
- Canarias: la masonería. De Manuel de Paz Sánchez y Emilia Carmona Calero,