Diferencia entre revisiones de «Ganadería»
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La producción ganadera en las Islas Canarias no es muy amplia. Entre los productos, podemos citar la carne, la leche, los huevos, el estiércol, la miel, la lana y la cera. Como es obvio cada uno de estos productos lleva aparejado un proceso diferenciado, si bien, todos estas actividades, coinciden con la necesidad de agua y alimentos para los animales. Como ya se apuntó la alimentación suele estar vinculada a los recursos agrícolas o forrajeros de la zona (pastos, forrajes, podas silvestres), sin embargo estos recursos son limitados y actualmente se complementan las dietas con piensos. Durante la vida de los animales estos generan importantes cantidades de residuos excedentes que en ocasiones no se sabe qué hacer con ellos y se convierten en un problema medioambiental. | La producción ganadera en las Islas Canarias no es muy amplia. Entre los productos, podemos citar la carne, la leche, los huevos, el estiércol, la miel, la lana y la cera. Como es obvio cada uno de estos productos lleva aparejado un proceso diferenciado, si bien, todos estas actividades, coinciden con la necesidad de agua y alimentos para los animales. Como ya se apuntó la alimentación suele estar vinculada a los recursos agrícolas o forrajeros de la zona (pastos, forrajes, podas silvestres), sin embargo estos recursos son limitados y actualmente se complementan las dietas con piensos. Durante la vida de los animales estos generan importantes cantidades de residuos excedentes que en ocasiones no se sabe qué hacer con ellos y se convierten en un problema medioambiental. | ||
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=== Ganadería industrial o intensiva === | === Ganadería industrial o intensiva === |
Revisión del 12:45 18 abr 2021
La ganadería es una pecuaria de origen muy antiguo que consiste en el manejo y explotación de animales domesticables con fines de producción, para su aprovechamiento (véase industria láctea, avicultura, piscicultura, porcicultura). En cambio, el manejo de animales pertenecientes a especies silvestres (no domésticas) en cautiverio o en semicautiverio se conoce con el nombre de zoocría.
Dependiendo de la especie ganadera, se pueden obtener diversos productos derivados, tales como la carne, la leche, los huevos, los cueros, la lana y la miel, entre otros.[1] La ciencia encargada del estudio de la ganadería es la zootecnia y los profesionales encargados directamente del desarrollo de la producción animal son los ganaderos, ayudados por los zootecnistas y los ingenieros de producción animal, en estrecha colaboración con los médicos veterinarios que son los encargados de la prevención y control de las enfermedades de los animales.
Los ganados más importantes en número a nivel mundial son los relacionados con la ganadería bovina, la ovina y la porcina. Sin embargo, en algunas regiones del planeta otros tipos de ganado tienen mayor importancia, como el caprino y el equino, como así también la cunicultura, la avicultura y la apicultura.
La ganadería está relacionada con la agricultura, ya que en una granja ambas pueden estar relacionadas. En estos casos el ganado aporta el estiércol, que es utilizado como abono, y los cultivos aportan el alimento para los animales.
Historia de la ganadería
Un proceso esencial en la historia de las sociedades fue el paso de una economía de recolección (caza, recolección y pesca) a una economía de producción voluntaria de ciertas plantas y animales. En un número restringido de lugares de la Tierra, ciertas sociedades, inventaron el dominio de la reproducción de especies, vegetales y animales. Ello tuvo consecuencias sociales de gran envergadura, en lo que el arqueólogo Gordon Childe definió como revolución neolítica.
Para asegurar sus necesidades de alimento, cuero, huesos, y otros productos, las primitivas sociedades cazadoras-recolectoras debían seguir las migraciones de los grandes rebaños de bóvidos, cérvidos y otros animales. Hace unos 10 000 años los seres humanos del neolítico descubrieron que capturar animales, domesticarlos y mantenerlos vivos para utilizarlos cuando fuera preciso, les permitía reducir la incertidumbre que, en relación con las posibilidades de alimentación, les suponía el hecho de tener que depender de la caza. El proceso debió constar de un periodo de predomesticación en el que, en un primer momento, los seres humanos habituaron a sus presas a su presencia mientras las seguían en sus búsquedas de alimento para, posteriormente, irlas reteniendo; esto supuso que ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los animales. Así, consiguieron domesticar varias especies, encargándose de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, emulando los movimientos naturales de los mismos, pero ahora bajo su control.
Este sedentarismo estuvo unido al nacimiento de las prácticas agrícolas, que ligaban al hombre a la tierra y que, además, permitían el cultivo de forraje para los animales. De ese modo, cuando el hombre inició la domesticación de animales herbívoros como vacas, ovejas, cabras y abandonó la caza y la recolección de frutos, nació la ganadería, durante el neolítico y, muy probablemente, al mismo tiempo que la agricultura.
Estos animales como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar carne, como animales de carga de mercancías, tiro del arado, suministro de pieles y, más tarde, de leche y derivados. El estiércol acumulado en los establos, estabulados y cuadras, debió haber servido de abono para los primeros cultivos.
Los inicios de la ganadería y la agricultura supuso además fijar la población al territorio, apareciendo el sedentarismo. Esto a su vez supuso la aparición del concepto de propiedad, es decir, que una porción del territorio perteneciera a alguien, aunque en un primer momento no era una propiedad privada, sino que el territorio pertenecía a toda la comunidad. Antes de eso, ninguna comunidad humana podía atribuirse la propiedad o el dominio de un territorio ya que se encontraban en continuo movimiento.
La domesticación de animales permitió también utilizarlos para realizar trabajos agrícolas o transportar cargas. Además, los restos de las cosechas que no eran utilizables en la alimentación humana podían aprovecharse como alimento para el ganado.[2]
La agricultura y la ganadería permitieron a las poblaciones humanas conseguir una mayor certidumbre respecto a sus posibilidades de sustento, así como reducir el esfuerzo en obtenerlo, lo que posibilitó un mayor desarrollo cultural, ya que el ser humano podía entonces empezar a disponer de más tiempo para la creación intelectual. En este sentido, parece que el desarrollo de la ganadería tuvo lugar en Oriente Próximo, precisamente en zonas donde, a su vez, el desarrollo cultural fue más intenso y temprano. A partir de esos lugares se difundió esta nueva relación con la naturaleza, ya sea que las sociedades convertidas en sociedades de agricultores y/o de pastores se fueron expandiendo (en gran parte gracias al potencial demográfico que su nuevo modo de producción, de alimentación y de materias primas permitía), ya sea que sociedades vecinas, todavía paleolíticas, hayan adoptado, por su propia voluntad o por la fuerza, este nuevo modo de vida.
El término "neolitización" para designar a este proceso de domesticación, deriva de "Neolítico" o Edad de la Piedra Pulida, palabra inventada por los prehistoriadores del siglo XIX para caracterizar el tipo más reciente, en Europa, de industria prehistórica (de producción de instrumentos de piedra), justo antes de la Edad de los Metales.[3]
Los lugares de la neolitización primaria son escasos y cada uno comprende solo un pequeño número de especies. En primer lugar, la Medialuna Fértil (hace 10 000 años) donde se domesticó el cochino, la cabra, el asno y la oveja. Por su parte, la vaca fue domesticada, también hace 10 000 años, en Oriente Medio y la India.[4][5] En el norte de la actual China (hace 8500 años), de modo independiente, también se domesticó el cochino; Mesoamérica (hace 8000 años) en donde se domesticó el pavo (Meleagris gallopavo) y los Andes, donde hace unos 6000 años comenzó la domesticación de la llama (Lama glama), la alpaca (Vicugna pacos) y el cuy (Cavia porcellus).[6]
La producción cárnica se comenzó a desarrollar a finales del siglo XV, como una producción precaria, de escasos recursos, escasa comercialización y escaso consumo. Luego fue desarrollándose a gran escala, generando alta ganancia, y producción en creces. Durante los siglos XIX y XX, con la colonización europea de América, tuvo un desarrollo intensivo, que agotaba los recursos naturales.[7]
En la actualidad, el área de extensión de la ganadería es superior que la de la agricultura, ya que el ganado puede ser criado en áreas donde el duro clima imposibilita el crecimiento de los cultivos, como en las altas montañas o las zonas con una aridez extrema. La estabulación del ganado y el desarrollo de nuevas técnicas de alimentación han contribuido para disminuir la dependencia de las condiciones del medio.
Ganadería en Canarias
En la ganadería canaria podemos reconocer dos modelos bien diferenciados, uno de carácter mayormente empresarial y otro de carácter tradicional. La ganadería tradicional se corresponde con explotaciones de tipo familiar, rudimentarias, en pequeños establos o cuevas y con un limitado número de cabezas, cuya alimentación está vinculada fundamentalmente a las actividades agrícolas y forrajeras de la zona. Se localiza mayoritariamente en las medianías, aunque también existen en la costa, y suelen estar constituidas por la convivencia de varias especies: cabras y ovejas, vacas y cabras, vacas y ovejas, etc.
Historia
La ganadería fue una de las actividades fundamentales de la economía de los antiguos canarios en la época precolonial. Fundamentalmente se trataba de la ganadería caprina y en menor medida ovina, aunque también hay constancia de la cría del cochino. En las islas de La Palma y Fuerteventura la ganadería desplazó prácticamente a la agricultura, de modo que en el momento de la conquista ésta última prácticamente no existía o tenía un papel marginal.
La ganadería caprina era tanto estabulada como mediante el pastoreo, existiendo una trashumancia dependiendo de la época del año para aprovechar los recursos que las distintas zonas de cada isla. Así, la zona de las Cañadas del Teide en Achinet (Tenerife) pudo haber sido una zona de pastos de verano, mientras que en invierno se trasladaban hacia la costa.
Las primeras crónicas sobre las islas, dejaron constancia de las habilidades pastoriles de los aborígenes, quienes desarrollaron una intensa actividad ganadera.
Estas artes fueron transferidas a la nueva sociedad que se consolidó después de la conquista. Una parte de la población indígena siguió dedicándose a la cría y pastoreo de las cabras, mientras que los nuevos pobladores y colonizadores europeos introdujeron nuevas especies como la vaca. La ganadería aportaba alimentos básicos como leche, carne, queso; también fuerza animal para las labores agrícolas, medio de transporte, aporte del necesario estiércol para abonar los campos y materias primas como cuero, cebo, etc. Junto a la ganadería tradicional extensiva, se encuentra la práctica de la trashumancia, donde los pastores migran con sus animales por el territorio en ciertas estaciones del año, en busca de pastos. Esta actividad que se remonta a la época prehispánica se encuentra hoy muy menguada. A mediados del siglo XVIII se consolida la ganadería estabulada (en un establo) como complemento a la intensificación de la agricultura.
Ganadería tradicional
Útiles
En la ganadería tradicional estabulada encontramos el alpendre o gañanía con las reses del país y sus crías. Ésta puede ser construida artificialmente, o ser una cueva que se aprovecha para este fin. También puede formar parte de esta explotación: un pajar, el muladar donde reside una mula, burro o caballo, un corral de gallinas, conejos o palomas, unas chozas con cabras y ovejas y más alejado un chiquero con los cochinos.
La ganadería extensiva cuenta con un rico patrimonio de útiles y construcciones que facilitan esta labor. Podemos destacar, por su valor cultural, los garrotes, una vara larga finalizada en una punta de hierro o regatón, instrumento heredado de la cultura aborigen y que permite a los pastores recorrer largas y abruptas distancias en poco tiempo: es el conocido como salto del pastor. También las cencerras, que se utilizan para escuchar dónde están o qué hacen los animales, herrajes.
Procedimiento
La producción ganadera en las Islas Canarias no es muy amplia. Entre los productos, podemos citar la carne, la leche, los huevos, el estiércol, la miel, la lana y la cera. Como es obvio cada uno de estos productos lleva aparejado un proceso diferenciado, si bien, todos estas actividades, coinciden con la necesidad de agua y alimentos para los animales. Como ya se apuntó la alimentación suele estar vinculada a los recursos agrícolas o forrajeros de la zona (pastos, forrajes, podas silvestres), sin embargo estos recursos son limitados y actualmente se complementan las dietas con piensos. Durante la vida de los animales estos generan importantes cantidades de residuos excedentes que en ocasiones no se sabe qué hacer con ellos y se convierten en un problema medioambiental.
Ganadería industrial o intensiva
La ganadería, incluyendo la más industrial o intensiva, es un sector muy modesto en Canarias, con un 23% de la producción agraria. Ha sido siempre una ganadería destinada al consumo interno isleño. La escasez de prados con forraje siempre ha sido un obstáculo para el desarrollo ganadero. De la tradicional cabaña de carga (que incluía mulo) solo sobrevive un pequeño resto de camellos para los turistas. Es la única cabaña de camellos del Estado español. Estamos ante una ganadería estabulada, que se encuentra en las regiones más altas. Tengamos en cuenta que la ganadería requiere grandes cantidades de agua, aparte de pasto. La actual cabaña no tiene nada que ver con la ganadería tradicional. Además, es muy corta y debe de recurrir a la importación.
La cabaña ovina y caprina siempre ha sido la más importante del archipiélago, presente desde época precolonial (siendo esta la principal fuente de recursos de los guanches). Le ha seguido en importancia la porcina, y por último la bovina. Todas muy lejos de satisfacer la demanda regional, y a pesar del impulso que el turismo ha supuesto para estos negocios, en las últimas décadas ha habido una reducción drástica de la actividad ganadera, propiciada por el auge de la construcción (que limita las zonas de pastoreo), la terciarización de la economía, y la implantación de medidas económicas que benefician la importación de productos alimenticios.
Algunos proyectos de potenciación de la ganadería han tenido como consecuencia la concentración en explotaciones con grandes cabezas de ganado en detrimento de las pequeñas explotaciones. Parte de esta cabaña está orientada fundamentalmente a la elaboración de quesos, muy apreciados y siendo Canarias el territorio del Estado español donde más se consume este tipo de lácteos.
Por el contrario la cabaña avícola sí ha tenido un incremento considerable. Ella sola casi es capaz de satisfacer la demanda interna, sobre todo de huevos y aunque no la de pollo, debido a la fuerte competencia de los productos importados. La mayor parte de las granjas avícolas se concentran en Tenerife y Gran Canaria. Ello se debe a que los huevos son un producto que precisa de una frescura que garantice su calidad y salubridad, es decir, no pueden pasar muchos días desde su puesta hasta su consumo.
De acuerdo al ISTAC en 2009 había 2.017 explotaciones ganaderas de ganado caprino, la mayor parte de las cuales eran de pequeño tamaño (10 cabezas o menos). Sigue en orden de importancia el ganado ovino con 1.262 explotaciones. [8]
¿Sabías qué?
La ganadería moderna ha ido introduciendo especies foráneas que producen más cantidad, pero que tanto a nivel gastronómico como ambiental son menos ricas. Las razas de animales vinculados a la ganadería tradicional canaria además de ser valoradas por su gusto culinario, están adaptadas al medio y a las condiciones ambientales propias de las islas. Existe un Catálogo Oficial de razas autóctonas canarias que incluyen, entre otras, a la cabra majorera, la oveja canaria, el cochino negro canario, el camello canario, el burro majorero, la abeja negra canaria, o el perro pastor garafiano.
Referencias
- ↑ La Enciclopedia del Estudiante volumen 8. Geografía General Editorial Santillana – La Nación, página 150]
- ↑ Castro Martínez, P. V., Escoriza Mateu, T., Fregeiro Morador, M., Oltra Puigdomenech, J., Sanahuja Yll, M. (2003). Trabajo, producción y “neolítico”. III Congreso Neolítico Peninsular, Santander, 16 pp.
- ↑ Grataloup, Christian (2004). Domesticación, Neolitización. Hypergeo. Consultado el 25 de junio de 2009.
- ↑ Albano Beja-Pereira et al. :The origin of European cattle: Evidence from modern and ancient DNA. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. 2006 |volumen 103, número 21, páginas 8113-8118 Enlace Web
- ↑ Ebersbach, Renate; Heide Hüster-Plogmann y Peter Lehmann: Bovins Dictionnaire historique de la Suisse
- ↑ Marcel Mazoyer y Laurence Roudart Histoire des agricultures du monde. Du néolithique à la crise contemporaine. Editorial Seuil: 1997, página 115.
- ↑ Secretaría Agricultura y Ganadería de Honduras Historia de la ganadería. Archivado el 16 de diciembre de 2008 en la Wayback Machine. Consultado el 25 de junio de 2009.
- ↑ Instituto Canario de Estadística.
- VV.AA. (2005): Guía del patrimonio etnográfico de Gran Canaria. Las Palmas de G.C.: Cabildo de G.C. Patrimonio histórico.
- http://www.gevic.net/info/contenidos/mostrar_contenidos.php?idcat=21&idcap=207&idcon=843
- http://www.grancanaria.com/cabgc/areas/areadesarrolloinsu/pdrgc/09_3.htm
- https://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_Canarias
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