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Un estudio realizado en 1991 por Patrick Horne sobre una momia conservada en el Museo Redpath, perteneciente a la Universidad McGill, en Montreal ([[Canadá]]), reveló que el musgo se había utilizado para rellenar la cavidad abdominal vacía. Además del musgo, también había otros tipos de plantas locales que se habían conservado dentro del cuerpo como embalaje.{{Harvnp|Horne|1991|p=407|pp=}} | Un estudio realizado en 1991 por Patrick Horne sobre una momia conservada en el Museo Redpath, perteneciente a la Universidad McGill, en Montreal ([[Canadá]]), reveló que el musgo se había utilizado para rellenar la cavidad abdominal vacía. Además del musgo, también había otros tipos de plantas locales que se habían conservado dentro del cuerpo como embalaje.{{Harvnp|Horne|1991|p=407|pp=}} | ||
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*'''Llano Maja:''' 3 cabezas de perro unA momificada. El uso del perro se ha excluido como ofrenda alimenticia, asimilándose con la idea de animales guía o compañeros del muerto. Evidentemente dada la parquedad de la información, son muchos los interrogantes que se abren sobre el tratamiento funerario de que son objeto los perros. Por ejemplo, la práctica de momificación aplicada a estos [[animal]]es, solo se constata en un único individuo, a partir de la conservación parcial de tejidos blandos, por lo que habría que tener en cuenta otras posibilidades tafonómicas como un origen natural y fortuito de tal fenómeno, determinado por las condiciones ambientales que se dan en esta zona. | *'''Llano Maja:''' 3 cabezas de perro unA momificada. El uso del perro se ha excluido como ofrenda alimenticia, asimilándose con la idea de animales guía o compañeros del muerto. Evidentemente dada la parquedad de la información, son muchos los interrogantes que se abren sobre el tratamiento funerario de que son objeto los perros. Por ejemplo, la práctica de momificación aplicada a estos [[animal]]es, solo se constata en un único individuo, a partir de la conservación parcial de tejidos blandos, por lo que habría que tener en cuenta otras posibilidades tafonómicas como un origen natural y fortuito de tal fenómeno, determinado por las condiciones ambientales que se dan en esta zona. | ||
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Revisión actual del 12:32 25 jun 2025
Los guanches, antiguos habitantes de Canarias momificaban a sus difuntos. Esta costumbre estaba destinada a preservar el cuerpo del fallecido mediante técnicas de embalsamiento muy similares a las que se realizaban en otras civilizaciones antiguas. Su finalidad, vinculada a sus creencias religiosas, era proteger al cadáver y también distinguir su relevancia social. Aunque la momificación se practicó en todas las islas, fué en la isla de Tenerife donde alcanzó mayor perfección.
Cabe resaltar que la momificación guanche es en muchos aspectos parecida a la practicada por los antiguos egipcios. Para preservar la corrupción en los cadáveres cuidaban mucho el proceso, el cuerpo, y sobre todo guardaban una especial memoria y honra a los difuntos. La momificación o mirlado, como le llamaron los primeros cronistas españoles de las "islas afortunadas" (Canarias), no fue de uso general entre la población guanche, existiendo varios procesos que muestran cierta gradación en la práctica funeraria que corresponden a una diferencia social y económica entre las diferentes castas de su sociedad. Lógicamente las momias de sus reyes (Menceyes), eran las que recibian mayores cuidados en la momificación. Los guanches al igual que los antiguos egipcios, guardaban en ocaciones las vísceras de sus reyes "menceyes". Las mejor conservadas se encuentran en Tenerife [1].
El Museo de la Naturaleza y la Arqueología (Museo Arqueológico de Tenerife), en Santa Cruz de Tenerife, expone algunas de estas momias (Momia de San Andrés), que durante siglos fueron objeto de coleccionismo y curiosidad científica en Europa. El Museo de la Naturaleza y el Hombre es un referente a nivel mundial en lo que se refiere a conservación de momias.
Los exploradores medievales españoles que llegaron a las islas durante el siglo siglo XIV informaron que los guanches enterraban a individuos de bajo estatus social] en tumbas arenosas, mientras que los miembros de la clase alta eran momificados y recluidos en cuevas aisladas.[2] Una de estas cuevas mortuorias podía contener hasta mil momias, sin embargo, muchas de ellas han desaparecido y, actualmente, quedan completas apenas las de veinte individuos.[2]
En el año 1933 fué descubierta la mayor necrópolis guanche hallada hasta la fecha en el Archipiélago Canario, la necrópolis guanche de Uchova en el municipio de San Miguel de Abona en el sur de la isla de Tenerife. Dicho yacimiento fue saqueado casi en su totalidad, se calculan que habían entre 74 y 60 momias guanches. El estudio de esta cueva funeraria reveló las particularidades de los ritos mortuorios aborígenes que hasta entonces se desconocían, como la colocación de los cadáveres y el acondicionamiento de sus lechos.[3]
Durante años las momias fueron objeto de expolio. Una parte de la pérdida de momias se atribuye generalmente a la popularidad de mummia, una sustancia supuestamente afrodisiaca creada a partir de momias pulverizadas y que era codiciada por viajeros europeos.
En la actualidad existe un debate en torno a la ética de exponer o no cuerpos humanos en museo, sobre todo cuerpos que en su día fueron objeto de un ritual funerario.
Proceso de momificación
Si bien los primeros exploradores informaron sobre varias tradiciones asociadas con la momificación guanche, se han descubierto tres métodos a través del análisis científico: desentrañamiento (también llamado evisceración), conservación y relleno.[1] Estos métodos se han utilizado en varias combinaciones diferentes según la época en que se creó la momia.[1]
En 1876, Gregorio Chil y Naranjo descubrió varias incisiones en algunas momias que, según especuló, podrían haberse usado para extirpar los órganos internos.[1] Casi un siglo después, en 1969, Don Brothwell, junto con otros científicos, realizó un examen patológico de una momia guanche.[2] El examen reveló que el cuerpo había sido eviscerado; la cavidad abdominal y el tórax habían sido empacadas con una sustancia similar a un lodo que contenía cortezas de Pino canario. También se aplicó subcutáneamente un tipo de embalaje, pero se desconoce la composición exacta de esta sustancia de embalsamamiento.[4][2]
Un estudio realizado en 1991 por Patrick Horne sobre una momia conservada en el Museo Redpath, perteneciente a la Universidad McGill, en Montreal (Canadá), reveló que el musgo se había utilizado para rellenar la cavidad abdominal vacía. Además del musgo, también había otros tipos de plantas locales que se habían conservado dentro del cuerpo como embalaje.[2]
La conservación de las partes externas del cuerpo se lograba normalmente mediante una combinación de resinas y envolturas de piel de animales. Las resinas se preparaban con una mezcla de minerales, plantas y grasas. Estos se extendían por todo el cuerpo antes de que se secara, ya fuera al sol o ahumado.[1] Finalmente, el difunto se envolvía en pieles de animales y se dejaba reposar. El número de pieles de animales que se usaban para envolver al difunto correspondían con el estatus social de la persona, por lo que los reyes fueron envueltos con hasta quince pieles.[1]
Los descubrimientos de las momias en Tenerife
En distintos municipios de la isla se han encontrado momias entre ellos:
- Barranco del Infierno: una momia infantil. Actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Santa Cruz, según parece hallada por Juan Bethencourt Alfonso.
- Ucazme: Enterramiento colectivo de siete individuos. Los vestigios de momificación se encontraron en los restos de carne adheridos al hueso y correspondieron a tres individuos: dos mujeres y un hombre; Miembro superior derecho y mano momificada femenina, extremidad superior con mano momificada femenina y columna, pelvis y extremidades inferiores sin pie momificados.
- Barranco del Agua-Ifonche: Varias momias encontradas en 1847.
- Barranco de Abapio: Varias momias.
- Barranco de Ajabo: una momia masculina
- Barranco de Juan Andrés: Varias momias, dos de ellas llevadas al Gabinete de Historia Natural de París en el siglo XVIII según Viera y Clavijo.
- Barranco de Amara: Varias momias.
- La Fajana-Guaza: Varias momias enzurronadas.
Buenavista
- Teno: Momia masculina.
Candelaria
- Cumbres de Araya: Varias momias.
- Malpaís de Candelaria: Datación de muestras de tejido muscular de restos momificados: 1.133 + 77 D.C.
- Barranco las Goteras-Araya: cuatro momias.
El Rosario
- Barranco de Jagua: una momia, junto a huesos de un adulto y un niño. Fue la primera vez que se describió un enterramiento con el cadáver todavía in situ. La momia se encontraba sobre cinco tablones de tea y soportada por cuatro.
Granadilla
- Barranco de Gorda: 3 momias que fueron destruidas.
- Risco Bermejo-Chiñama: 2 momias.
Guía de Isora
- Chajajo: Varias momias.
- Cueva del Retamar: 2 cadáveres con señales de momificación. Yacimiento expoliado. Hallazgo de diversas pieles de cabra, provistas de distintos cosidos, es interpretado como vestigios de las envolturas funerarias, y exponente de la práctica de un ritual de amortajamiento.
- Cueva la Canal: Una mujer con restos de momificación.
Güímar
- Cueva de la Hoya de Juan Luís: Varias momias.
- Hoya Brunco: Varias momias.
La Laguna
- Barranco Milán: Varias momias destruidas.
La Orotava
- Roque Blanco: 3 momias, dos adultos y una infantil. El estado de los restos humanos descubiertos, revela la práctica de enterramientos antiguos y de otros más modernos, por simple observación se dedujo que los cadáveres más antiguos estaban sin momificar, así lo confirmaron los huesos hallados y momificados los más modernos.
La Victoria
- Risco Caído: Barranco Hondo: 2 momias destruidas.
Las Cañadas del Teide (La Orotava)
- Llano Maja: 3 cabezas de perro unA momificada. El uso del perro se ha excluido como ofrenda alimenticia, asimilándose con la idea de animales guía o compañeros del muerto. Evidentemente dada la parquedad de la información, son muchos los interrogantes que se abren sobre el tratamiento funerario de que son objeto los perros. Por ejemplo, la práctica de momificación aplicada a estos animales, solo se constata en un único individuo, a partir de la conservación parcial de tejidos blandos, por lo que habría que tener en cuenta otras posibilidades tafonómicas como un origen natural y fortuito de tal fenómeno, determinado por las condiciones ambientales que se dan en esta zona.
- Roque y Cueva de los Cochinos-Cañada del Hoyo-Ucanca: una Momia enzurronada, boca abajo.
- Montaña la Camellita – Guajara: Varias momias, restos enviados a Madrid.
- Cueva del Salitre: Restos de momificación, pieles apergaminadas.
San Miguel de Abona
- Barranco Pilón: Momia infantil. Considerado como el primer descubrimiento de un enterramiento infantil, solo y aislado, que se estudió en Tenerife. Por su estrechez no entra un adulto, por lo que existe la hipótesis de que pudieron participar niños en el acto funerario. La momia fue envuelta de la cabeza a los pies con pieles de cabra sin pelo, bien curtidas y algunas finamente gamuzadas, la envoltura tenía cuatro capas de piel.
- Cueva de Uchova: 6 momias desaparecidas (información oral y artículos de prensa).
Santa Cruz de Tenerife
- Barranco de San Andrés: una momia de las mejores conservadas, hoy expuesta en las vitrinas del Museo Arqueológico (Momia de San Andrés).
- Cueva Vegeril - Anaga: Varias momias destruidas.
- Laderas de Icorbo – Anaga: una momia.
- Roque de Tierra – Anaga: 5 cadáveres cubiertos con pieles de cabra.
- El Chorrillo: Una momia. Datación de tejido muscular de restos momificados: 1.257 + 81 D.C.
Santa Úrsula
- Barranco Los Naranjos: 2 momias.
Tacoronte
- Barranco Guayonje: una momia depositada en el Museo Casilda de Tacoronte, recuperada de Necochea (Argentina).
Enlaces externos
- Mundo funerario - Museo Arqueológico de Tenerife, en Youtube
- DOCUMENTOS, EXPOLIO Y DESTRUCCION DE MOMIAS CANARIAS EN LOS SIGLOS XVIII, XIX Y XX
