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Sociedades Económicas de Amigos del País

De EnciclopediaGuanche

(Redirigido desde «Sociedades económicas de amigos del país»)

Las Sociedades Económicas de Amigos del País (SEAP), surgieron en España, Irlanda y Suiza a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, en el marco de las ideas de la Ilustración.

Surgidas en los círculos culturales como organismos no estatales, tenían como fin promover el desarrollo de España, estudiando la situación económica de cada una de las provincias y buscando soluciones a los problemas que hubiera. Las sociedades se encargaban de impulsar la agricultura, el comercio y la industria, y de traducir y publicar las obras extranjeras que apoyaban las ideas fisiócratas y liberales. Contaban con licencia real para constituirse y reunirse, y en su fundación intervinieron los sectores más dinámicos de la sociedad: importantes figuras de la nobleza y numerosos cargos públicos, de la Iglesia, del mundo de los negocios y los artesanos.

La primera en constituirse fue la Sociedad Vascongada de Amigos del País, fundada por el conde de Peñaflorida en 1765; diez años después se constituye, a iniciativa de Campomanes, la Real Sociedad Económica de Madrid. A principios del siglo siguiente ya se habían constituido 63 sociedades en las principales ciudades del país.

Campomanes y otras personas percibieron que España se tardaba en desarrollar su potencia económica. Lamentaron la falta de industria y la baja productividad. Los pensadores liberales y los llamados afrancesados (administradores y pensadores influidos por el advenimiento de la dinastía de los Borbones) buscaron difundir los avances y el pensamiento de la Ilustración.

Igualmente se formaron otras Sociedades de igual tipo en países de América Latina[1] como Chile[2] [3] , Nueva Granada[4] ( Colombia ), Guatemala [5], Cuba [6] [7] [8] , Puerto Rico[9], Ecuador [10], México [11], Perú [12], Panamá [13] y Venezuela [14] . Allá la misión de fomentar la industria chocaba con los dictámenes del mercantilismo, que enfatizó la primacía de la industria de la metrópolis; las colonias habían de comprar los productos de España. Además, en la cultura más conservadora de la América española, la misión de propagar la Ilustración encontró un camino más difícil, y la censura oficial.

Sin embargo, ciertos miembros de las Sociedades se atrevieron a traer varios libros prohibidos desde Europa, aún de la misma España, donde por ejemplo la Enciclopedia de Diderot se podía comprar. Entre los miembros de las Sociedades estos libros se compartieron. Es cierto que varias de las Sociedades de América nunca fueron más que el proyecto de un aristócrata aficionado, o una imitación de una novedad metropolitana. Con todo, varias Sociedades se destacaron en sus actividades, publicando ensayos sobre nuevos desarrollos en el mundo agropecuario, abogando por el libre comercio (cuando comerciantes españoles conservaban su monopolio). La de Antigua, Guatemala[15] se cerró varias veces por orden del Intendente, por actividades supuestamente políticas. La de La Habana [16] existe hasta el día de hoy. De manera que se puede ver el trabajo de estas Sociedades como un antecedente importante al proyecto de emancipación que nace después del cautiverio del rey en 1810.

En España y el nuevo mundo, las Sociedades fueron las cunas de nuevas formas de sociabilidad donde personas (hombres) se reunían en público para debatir los temas del día. Allá se reunían en público, no en casa, personas de distintas clases sociales. Las Sociedades solían organizarse formalmente, conservando registros de las actividades de cada reunión, eligiendo oficiales (presidente, secretario, etcétera) para las funciones oficiales del grupo.

Sociedad Económica de Amigos del País de Colombia.[17]

Debemos advertir que el campo de actividades de la Sociedad no está en manera algún limitado a los asuntos económicos y fisca­les. Su nombre de Sociedad Eco­nómica de vieja raigambre his­tórica, no significa, pues, que hayamos de confinarnos a ese te­rreno, como no se confinaron a él las viejas Sociedades Económicas españolas de los tiempos de Car­los III, que nos han servido de antecedente y de modelo.

Poniendo fin al exilio obligado por la per­secución conservadora que había quemado su casa, el Dr. Carlos Lleras Restrepo regresó a Colombia en 1956 por las garantías que le ofreció la dictadura del general Rojas Pinilla, quien como muestra de buena volun­tad lo indemnizó por el incendio de su residencia; Sus propios copartidarios conside­raron que la presencia de Lleras Restrepo era un obstáculo en el camino de la búsque­da de acuerdos con los conservadores, dada su conocida beligerancia y garra política, y por ello lo recibieron fríamente. Viéndose sin mucho espacio para acometer las tareas a las que se consideraba llamado por su pue­blo, decidió fundar la Sociedad Económica de Amigos del País como una nueva trinchera desde donde lucharía por devolverle la democracia a Colombia y la cual le serviría para convocar a la juventud a ocupar el puesto que le corresponde, formando una maravillosa pléyade de nuevos dirigentes que mucho han hecho por la nación en estos ocho lustros largos de actividad de la SEAP y fue así como el 19 de octubre de este año (1956), fue inaugurada la nueva Sociedad.

Distintas Sociedades Económicas en Canarias