Sideritis dasygnaphala

La salviablanca de cumbre (Sideritis dasygnaphala) es una planta endémica de Gran Canaria, reconocible por su aspecto lanudo y blanquecino. Se trata de un arbusto bajo, leñoso en la base, que puede alcanzar hasta un metro de altura y que luce unas características hojas ovaladas cubiertas de una densa pelusa.

Descripción

Es un subarbusto muy ramificado, de porte erguido y redondeado, que crece principalmente en las cumbres de la isla. Lo más llamativo es su denso tomento (una capa de pelos cortos y entrelazados) de color blanco amarillento, que cubre los tallos jóvenes, las hojas, las brácteas y el exterior del cáliz, dándole ese aspecto "blanco" que justifica su nombre común.

• Hojas: Tienen forma de huevo alargado (ovado-lanceoladas), con el margen suavemente ondulado (crenado). Son de un color verde grisáceo por el haz y mucho más pálido, casi blanquecino, por el envés, gracias al tomento. Las hojas inferiores pueden medir entre 1,5 y 7 cm.

• Flores: Se agrupan en inflorescencias alargadas y estrechas (hasta 20 cm), donde los conjuntos de flores (verticilastros) están más apretados en la punta. Cada grupo puede tener entre 6 y 14 florecillas de corola amarilla. El cáliz, muy peludo, tiene unos dientes acabados en una fina arista.

• Frutos: Son pequeñas núculas (aquenios) de superficie rugosa, con colores que van del pardo claro al negro.

Hábitat

Es una planta xerófila y heliófila, es decir, adaptada a la sequía y amante del sol. Encuentra su hábitat óptimo en las laderas pedregosas y soleadas de las cumbres de Gran Canaria, donde forma poblaciones extensas y muy visibles por su coloración clara. Crece dentro del dominio del pinar y del matorral de leguminosas, generalmente entre los 1.000 y 1.900 metros de altitud. Algunos enclaves donde es característica son la Cruz de Tejeda, el Roque Nublo, el Pozo de las Nieves, la Caldera de los Marteles y el Paso de la Plata.

Curiosidades y usos tradicionales

En la medicina popular canaria, la salviablanca de cumbre ha sido muy apreciada. Se considera un poderoso estimulante del sistema circulatorio y un buen preventivo de los catarros invernales. También se ha utilizado tradicionalmente para combatir la fiebre y los dolores reumáticos.

Modo de empleo: La forma más común de uso es en infusión, preparada con las sumidades floridas y las hojas. Para aliviar dolencias articulares como la artrosis, se hacían baños locales (pediluvios y maniluvios) con la infusión para lavar pies y manos.