Cuartería

Una cuartería es un grupo de pequeñas edificaciones destinadas a vivienda temporal, cuyas condiciones de habitabilidad y salubridad son precarias. Normalmente están dispuestas en línea, en torno a patios o huecos interiores, con formas cuadrangulares.

Las cuarterías estuvieron vinculadas en su origen a los cultivos de exportación de tomates en régimen de aparcería. Las familias jornaleras que eran contratadas en régimen de aparcería habitaban temporalmente estas cuarterías durante el periodo de zafra. Dichas familias, por lo general, procedían de otras zonas de la isla. Las cuarterías se localizaban mayoritariamente en las zonas costeras del sur de Tenerife y Gran Canaria, así como en algunas zonas de Fuerteventura (Gran Tarajal).

Por lo general los módulos tienen formas rectangulares. En el portón central se ubican las pequeñas cocinas, separadas por pequeños tabiques. A ambos lados del portón se hayan los cuartos, con unas dimensiones de 15 a 20 metros cuadrados cada uno, y en los extremos se encuentran situados los baños (en un extremo los destinados a los hombres, y en el otro extremo los destinados a las mujeres). En las proximidades de los baños estaban las piletas para lavar la ropa.

Las cuarterías comenzaron a aparecer en la década de 1930, con la introducción masiva del cultivo del tomate, el cual precisaba de una gran cantidad de mano de obra. Esta expansión del tomate llevó a la roturación de nuevos terrenos agrícolas, y con ello la aparición de nuevos núcleos de población. Los propietarios de los medios de producción (y los terrenos) estaban relacionados con grandes empresas como "Hijos de Diego Betancor", "Pilvher", "Ciel" o "Juliano Bonny", algunas de las cuales dieron nombre a estos nuevos núcleos de población. Además los propietarios controlaban también el comercio del tomate como intermediarios. Los trabajadores aparceros (actividad que ocupaba a toda la familia), en cambio, debían soportar unas duras condiciones de trabajo y habitar con unas pésimas condiciones de vida las cuarterías mientras duraba la zafra.

El desarrollo turístico en las zonas costeras del sur de la isla llevó a que los antiguos empresarios y propietarios de fincas de tomateras reorientaran sus intereses económicos hacia el sector de la hostelería, así como supusieron también, en las zonas donde aún se continúa cultivando tomates, una reorientación de las relaciones sociales inherentes al cultivo del tomate por medio de la aparcería. Muchas de las antiguas áreas de cuarterías, ya abandonadas, fueron derribadas a medida que tenía lugar el abance inmoviliario. Otras cuarterías continuaron siendo habitadas convirtiendose en poblados permanentes de chabolas.