Diferencia entre revisiones de «Imperio austrohúngaro»
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− | + | El '''Imperio austrohúngaro''', o simplemente '''Austria-Hungría''' (oficialmente, '''Monarquía austrohúngara'''; en alemán: ''Österreichisch-Ungarische Monarchie''; en húngaro, ''Osztrák-Magyar Monarchia''), fue un Estado europeo creado en 1867 tras el llamado Compromiso austrohúngaro, el cual equiparó el estatus del Reino de Hungría con el del Imperio austríaco, ambos bajo el mismo monarca. El nombre oficial completo del Imperio se traduce como: «Los Reinos y Territorios representados en el Consejo Imperial y los Territorios de la Santa Corona Húngara de San Esteban». Estuvo vigente entre 1867 y 1918, | |
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+ | El soberano gobernaba como emperador de Austria sobre el oeste y el norte, la llamada Cisleitania, y como rey de Hungría sobre la Transleitania. Aunque suele describirse en la actualidad como un solo Estado, cada uno de estos territorios fue administrado independientemente, con sus propios parlamentos, gobiernos y tribunales, e incluso no existió una ciudadanía común. Solo en temas de defensa nacional y relaciones exteriores, el Imperio austrohúngaro actuó como una entidad unificada. | ||
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+ | En 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial que lo llevaría a su disolución, el Imperio tenía una extensión de 675 936 km² y una población de 52 800 000 habitantes, siendo considerado una de las grandes potencias europeas y mundiales, destacando especialmente por su prestigio cultural, artístico e intelectual. | ||
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+ | Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, surgieron diversos movimientos nacionales que promovieron la disolución del Imperio y la formación de Estados nación que acogieran a los diversos grupos étnicos existentes en la región. En 1918, Austria-Hungría fue disuelta, dando origen a los estados de Austria alemana, el Reino de Hungría, Checoslovaquia, el Estado libre de Fiume y el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios, mientras algunas regiones fueron anexadas por los países vecinos. | ||
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+ | La extensión del antiguo territorio del Imperio austrohúngaro equivaldría a lo que ocupan los siguientes 13 países europeos: Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia (las regiones de Voivodina y el Banato Occidental), Montenegro (Bocas de Kotor), Italia (Trentino-Alto Adigio y Trieste), Rumania (Transilvania, el Banato Oriental y Bucovina), Polonia (Galitzia occidental y Silesia) y Ucrania (Galitzia oriental y la Rutenia Transcarpática). | ||
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+ | Su religión oficial era el [[catolicismo]] | ||
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+ | == Historia == | ||
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+ | === Antecedentes === | ||
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+ | El Reino de Hungría, creado en torno al año 1000, se convirtió durante la Edad Media en uno de los principales reinos europeos. Sin embargo, situado en la frontera de la cristiandad, sufrió frecuentes ataques de los turcos otomanos a lo largo de los siglos xiv y xv, que debilitaron su estructura social y económica. En 1526, el rey Luis II de Hungría fue derrotado y muerto en la batalla de Mohács librada contra las tropas invasoras del Imperio otomano. | ||
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+ | Al quedar el trono vacante se sucedieron una serie de disputas entre los príncipes vecinos para ocuparlo. En un primer momento fue coronado el voivoda húngaro, Juan I Szapolyai de Transilvania, llamado «El último rey húngaro de los húngaros» (en magiar: A magyarok utolsó magyar királya). | ||
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+ | Fernando de Habsburgo, hermano del emperador Carlos V, reclamaba la corona de san Esteban, con base en los derechos de su esposa, Ana Jagellón de Hungría y Bohemia, hermana del fallecido Luis II. Una dieta rival lo reconoció como rey, lo cual desencadenó una guerra civil que fue aprovechada por los turcos para invadir el país. | ||
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+ | Hungría quedó divida en tres estados: el Reino de Hungría, gobernado por los miembros de la dinastía de los Habsburgo; el Vilayato de Buda ocupado por los turcos en 1541 y el Principado húngaro de Transilvania, que se convirtió en vasallo del Imperio otomano desde 1570. | ||
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+ | Dicha separación del reino de Hungría se mantuvo a lo largo de casi siglo y medio de constantes batallas entre germanos, húngaros y turcos. En el Principado de Transilvania se protegió y se cultivó la cultura húngara, mientras que en los territorios húngaros ocupados por los turcos apenas existían pobladores. La mayoría había emigrado buscando un sitio más apropiado para el cultivo y para vivir, que no estuviese bajo influencia otomana. Los territorios húngaros bajo dominio de los Habsburgo continuaron poblados y manteniendo su cultura, aunque con el tiempo fueron adoptando ciertos rasgos germánicos. Esta división también definió la confesión religiosa de los pobladores de dichas zonas. Los húngaros de Transilvania eran en su gran mayoría protestantes; los de los territorios turcos, católicos y protestantes debido a que no adoptaron la religión musulmana; y los de los territorios bajo control germánico eran fervientemente católicos. | ||
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+ | Tanta pugna religiosa resultó un arma perfecta para los príncipes húngaros de Transilvania, como Esteban Bocskai y Gabriel Bethlen, quienes buscaban reunificar el reino, conduciendo así varias guerras de independencia contra los emperadores germánicos. Sin embargo, todos sus intentos resultaron en fracasos y después de la tentativa de los turcos en 1683 de invadir Viena, la Liga Santa se dispuso a expulsar definitivamente a los otomanos de los territorios húngaros. | ||
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+ | De esta manera, en 1686 el emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, junto a su comandante el príncipe Eugenio de Saboya, reconquistaron la ciudad de Buda. Después de esta victoria continuaron presionando a los ejércitos turcos fuera del reino, hasta que finalmente lo lograron en 1691. A partir de ese momento todo el territorio húngaro, incluyendo Transilvania, quedó bajo control del Sacro Imperio Romano Germánico, lo cual generó una serie de guerras de carácter independentista en dichos territorios. | ||
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+ | El príncipe húngaro Emérico Thököly condujo una revuelta a gran escala en contra del emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I, la cual fue sofocada alrededor de 1690, obligándolo a emigrar a territorio otomano, donde falleció en 1705. Posteriormente su hijastro, Francisco II Rákóczi también príncipe húngaro de Transilvania, condujo una guerra entre 1703 y 1711 que se vería sofocada por Leopoldo I, y tras la muerte de este en 1705, por su hijo José I de Habsburgo. | ||
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+ | Tras dichos intentos independentistas Hungría se mantuvo sin conflictos durante más de un siglo, permaneciendo como parte del nuevo Imperio austríaco que surgió tras la caída del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806. | ||
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+ | Hungría se alzó nuevamente durante la revolución en los Estados alemanes en 1848, surgiendo la llamada Revolución húngara de 1848, en la cual se enalteció el nacionalismo y la independencia de los Estados europeos y el rechazo al poder austríaco de los Habsburgo. De esta forma, el 15 de marzo de 1848 las calles de Buda se llenaron de gente, poetas e intelectuales, políticos y militares que protestaban contra el emperador austríaco Francisco José I. Las revueltas húngaras fueron sofocadas gracias a la intervención del zar ruso, quien acudió en ayuda del emperador austríaco, poniendo nuevamente a la nación húngara bajo el dominio Habsburgo. El fracaso de la revolución desencadenó una serie de ejecuciones de generales y dignatarios húngaros que se habían sublevado contra los austríacos. | ||
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+ | Para Austria atrás quedaba el [[Sacro Imperio Romano Germánico]] desaparecido en 1806 y tras las Guerras Napoleónicas. Aunque durante la [[Restauración]] el Congreso de Viena (1814-1815) trató de reorganizar una vuelta al [[Antiguo Régimen]], rechazando las ideas [[liberalismo|liberales]] y defendiendo el [[absolutismo]] monárquico, la situación en Europa había cambiado rápidamente. El Imperio Austriaco, que se pretendía sucesor del Sacro Imperio, había formado la Santa Alianza con Prusia y la Rusia zarista. La ''primavera de los pueblos'' o Revolución de 1848 supuso el fracaso del intento de consolidar el absolutismo, y en la mayoría de países de Europa (con la salvedad destacada de Rusia) terminaron por implantarse regímenes de monarquía limitada (monarquía constitucional o monarquía parlamentaria) con el contrapeso de un parlamento de composición burguesa (hasta fines del siglo XIX no comienza a generalizarse el sufragio universal masculino). | ||
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+ | Se intentó una Confederación Germánica que agrupaba a distintos estados y reinos alemanes (entre ellos Prusia) y al Imperio de Austria, pero la Confederación solo funcionaba cuando coincidían las posiciones de Austria y Prusia, cuya confrontación condujo finalmente a la guerra de las Siete Semanas. Tras la guerra entre los antiguos aliados el triunfo prusiano, la Confederación Germánica quedó disuelta y fue sustituida en el año 1867 por la Confederación Alemana del Norte, dominada por Prusia, que sirvió de preámbulo al Imperio alemán. | ||
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+ | === El compromiso === | ||
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+ | Tras la guerra austro-prusiana de 1866, en la cual el Imperio fue derrotado junto a Baviera por Prusia, Austria perdió la posibilidad de convertirse en el eje que articulase la unificación alemana, ocupando Prusia dicho papel central. Fue un momento de debilidad idóneo para las aspiraciones autonomistas húngaras y los dignatarios del reino lo aprovecharon enviando una comitiva encabezada por Francisco Deák, la cual le exigiría a Francisco José el establecimiento de un parlamento en Hungría, junto a mayor libertad y un marco de autonomía. | ||
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+ | En 1867, ante la amenaza de una nueva sublevación húngara, el emperador austríaco firmó el tratado conocido como el Compromiso, del cual surgiría la monarquía dual austrohúngara. Fue también el asentamiento definitivo de la política de los Habsburgo, que ya desde el siglo xviii tendía a prestar más atención e importancia a sus dominios directos, que se extendían por Hungría, Bohemia, Moravia y otras regiones del este de Europa en lugar de los distintos estados alemanes. | ||
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+ | El acuerdo era en la práctica un pacto entre los nacionalistas magiares y la corona, aceptado por conveniencia por los alemanes y, en menor medida, por polacos y croatas.2 Los magiares obtuvieron el poder de influir en la política de la otra mitad del país y la ejercieron evitando, por ejemplo, una reforma federal. | ||
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Revisión del 17:41 27 mar 2023
El Imperio austrohúngaro, o simplemente Austria-Hungría (oficialmente, Monarquía austrohúngara; en alemán: Österreichisch-Ungarische Monarchie; en húngaro, Osztrák-Magyar Monarchia), fue un Estado europeo creado en 1867 tras el llamado Compromiso austrohúngaro, el cual equiparó el estatus del Reino de Hungría con el del Imperio austríaco, ambos bajo el mismo monarca. El nombre oficial completo del Imperio se traduce como: «Los Reinos y Territorios representados en el Consejo Imperial y los Territorios de la Santa Corona Húngara de San Esteban». Estuvo vigente entre 1867 y 1918,
El soberano gobernaba como emperador de Austria sobre el oeste y el norte, la llamada Cisleitania, y como rey de Hungría sobre la Transleitania. Aunque suele describirse en la actualidad como un solo Estado, cada uno de estos territorios fue administrado independientemente, con sus propios parlamentos, gobiernos y tribunales, e incluso no existió una ciudadanía común. Solo en temas de defensa nacional y relaciones exteriores, el Imperio austrohúngaro actuó como una entidad unificada.
En 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial que lo llevaría a su disolución, el Imperio tenía una extensión de 675 936 km² y una población de 52 800 000 habitantes, siendo considerado una de las grandes potencias europeas y mundiales, destacando especialmente por su prestigio cultural, artístico e intelectual.
Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, surgieron diversos movimientos nacionales que promovieron la disolución del Imperio y la formación de Estados nación que acogieran a los diversos grupos étnicos existentes en la región. En 1918, Austria-Hungría fue disuelta, dando origen a los estados de Austria alemana, el Reino de Hungría, Checoslovaquia, el Estado libre de Fiume y el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios, mientras algunas regiones fueron anexadas por los países vecinos.
La extensión del antiguo territorio del Imperio austrohúngaro equivaldría a lo que ocupan los siguientes 13 países europeos: Austria, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia (las regiones de Voivodina y el Banato Occidental), Montenegro (Bocas de Kotor), Italia (Trentino-Alto Adigio y Trieste), Rumania (Transilvania, el Banato Oriental y Bucovina), Polonia (Galitzia occidental y Silesia) y Ucrania (Galitzia oriental y la Rutenia Transcarpática).
Su religión oficial era el catolicismo
Historia
Antecedentes
El Reino de Hungría, creado en torno al año 1000, se convirtió durante la Edad Media en uno de los principales reinos europeos. Sin embargo, situado en la frontera de la cristiandad, sufrió frecuentes ataques de los turcos otomanos a lo largo de los siglos xiv y xv, que debilitaron su estructura social y económica. En 1526, el rey Luis II de Hungría fue derrotado y muerto en la batalla de Mohács librada contra las tropas invasoras del Imperio otomano.
Al quedar el trono vacante se sucedieron una serie de disputas entre los príncipes vecinos para ocuparlo. En un primer momento fue coronado el voivoda húngaro, Juan I Szapolyai de Transilvania, llamado «El último rey húngaro de los húngaros» (en magiar: A magyarok utolsó magyar királya).
Fernando de Habsburgo, hermano del emperador Carlos V, reclamaba la corona de san Esteban, con base en los derechos de su esposa, Ana Jagellón de Hungría y Bohemia, hermana del fallecido Luis II. Una dieta rival lo reconoció como rey, lo cual desencadenó una guerra civil que fue aprovechada por los turcos para invadir el país.
Hungría quedó divida en tres estados: el Reino de Hungría, gobernado por los miembros de la dinastía de los Habsburgo; el Vilayato de Buda ocupado por los turcos en 1541 y el Principado húngaro de Transilvania, que se convirtió en vasallo del Imperio otomano desde 1570.
Dicha separación del reino de Hungría se mantuvo a lo largo de casi siglo y medio de constantes batallas entre germanos, húngaros y turcos. En el Principado de Transilvania se protegió y se cultivó la cultura húngara, mientras que en los territorios húngaros ocupados por los turcos apenas existían pobladores. La mayoría había emigrado buscando un sitio más apropiado para el cultivo y para vivir, que no estuviese bajo influencia otomana. Los territorios húngaros bajo dominio de los Habsburgo continuaron poblados y manteniendo su cultura, aunque con el tiempo fueron adoptando ciertos rasgos germánicos. Esta división también definió la confesión religiosa de los pobladores de dichas zonas. Los húngaros de Transilvania eran en su gran mayoría protestantes; los de los territorios turcos, católicos y protestantes debido a que no adoptaron la religión musulmana; y los de los territorios bajo control germánico eran fervientemente católicos.
Tanta pugna religiosa resultó un arma perfecta para los príncipes húngaros de Transilvania, como Esteban Bocskai y Gabriel Bethlen, quienes buscaban reunificar el reino, conduciendo así varias guerras de independencia contra los emperadores germánicos. Sin embargo, todos sus intentos resultaron en fracasos y después de la tentativa de los turcos en 1683 de invadir Viena, la Liga Santa se dispuso a expulsar definitivamente a los otomanos de los territorios húngaros.
De esta manera, en 1686 el emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, junto a su comandante el príncipe Eugenio de Saboya, reconquistaron la ciudad de Buda. Después de esta victoria continuaron presionando a los ejércitos turcos fuera del reino, hasta que finalmente lo lograron en 1691. A partir de ese momento todo el territorio húngaro, incluyendo Transilvania, quedó bajo control del Sacro Imperio Romano Germánico, lo cual generó una serie de guerras de carácter independentista en dichos territorios.
El príncipe húngaro Emérico Thököly condujo una revuelta a gran escala en contra del emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I, la cual fue sofocada alrededor de 1690, obligándolo a emigrar a territorio otomano, donde falleció en 1705. Posteriormente su hijastro, Francisco II Rákóczi también príncipe húngaro de Transilvania, condujo una guerra entre 1703 y 1711 que se vería sofocada por Leopoldo I, y tras la muerte de este en 1705, por su hijo José I de Habsburgo.
Tras dichos intentos independentistas Hungría se mantuvo sin conflictos durante más de un siglo, permaneciendo como parte del nuevo Imperio austríaco que surgió tras la caída del Sacro Imperio Romano Germánico en 1806.
Hungría se alzó nuevamente durante la revolución en los Estados alemanes en 1848, surgiendo la llamada Revolución húngara de 1848, en la cual se enalteció el nacionalismo y la independencia de los Estados europeos y el rechazo al poder austríaco de los Habsburgo. De esta forma, el 15 de marzo de 1848 las calles de Buda se llenaron de gente, poetas e intelectuales, políticos y militares que protestaban contra el emperador austríaco Francisco José I. Las revueltas húngaras fueron sofocadas gracias a la intervención del zar ruso, quien acudió en ayuda del emperador austríaco, poniendo nuevamente a la nación húngara bajo el dominio Habsburgo. El fracaso de la revolución desencadenó una serie de ejecuciones de generales y dignatarios húngaros que se habían sublevado contra los austríacos.
Para Austria atrás quedaba el Sacro Imperio Romano Germánico desaparecido en 1806 y tras las Guerras Napoleónicas. Aunque durante la Restauración el Congreso de Viena (1814-1815) trató de reorganizar una vuelta al Antiguo Régimen, rechazando las ideas liberales y defendiendo el absolutismo monárquico, la situación en Europa había cambiado rápidamente. El Imperio Austriaco, que se pretendía sucesor del Sacro Imperio, había formado la Santa Alianza con Prusia y la Rusia zarista. La primavera de los pueblos o Revolución de 1848 supuso el fracaso del intento de consolidar el absolutismo, y en la mayoría de países de Europa (con la salvedad destacada de Rusia) terminaron por implantarse regímenes de monarquía limitada (monarquía constitucional o monarquía parlamentaria) con el contrapeso de un parlamento de composición burguesa (hasta fines del siglo XIX no comienza a generalizarse el sufragio universal masculino).
Se intentó una Confederación Germánica que agrupaba a distintos estados y reinos alemanes (entre ellos Prusia) y al Imperio de Austria, pero la Confederación solo funcionaba cuando coincidían las posiciones de Austria y Prusia, cuya confrontación condujo finalmente a la guerra de las Siete Semanas. Tras la guerra entre los antiguos aliados el triunfo prusiano, la Confederación Germánica quedó disuelta y fue sustituida en el año 1867 por la Confederación Alemana del Norte, dominada por Prusia, que sirvió de preámbulo al Imperio alemán.
El compromiso
Tras la guerra austro-prusiana de 1866, en la cual el Imperio fue derrotado junto a Baviera por Prusia, Austria perdió la posibilidad de convertirse en el eje que articulase la unificación alemana, ocupando Prusia dicho papel central. Fue un momento de debilidad idóneo para las aspiraciones autonomistas húngaras y los dignatarios del reino lo aprovecharon enviando una comitiva encabezada por Francisco Deák, la cual le exigiría a Francisco José el establecimiento de un parlamento en Hungría, junto a mayor libertad y un marco de autonomía.
En 1867, ante la amenaza de una nueva sublevación húngara, el emperador austríaco firmó el tratado conocido como el Compromiso, del cual surgiría la monarquía dual austrohúngara. Fue también el asentamiento definitivo de la política de los Habsburgo, que ya desde el siglo xviii tendía a prestar más atención e importancia a sus dominios directos, que se extendían por Hungría, Bohemia, Moravia y otras regiones del este de Europa en lugar de los distintos estados alemanes.
El acuerdo era en la práctica un pacto entre los nacionalistas magiares y la corona, aceptado por conveniencia por los alemanes y, en menor medida, por polacos y croatas.2 Los magiares obtuvieron el poder de influir en la política de la otra mitad del país y la ejercieron evitando, por ejemplo, una reforma federal.
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