Diferencia entre revisiones de «Catalina Lercaro»
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Los Lercaro, eran una familia de importantes comerciantes [[genoveses]], asentados en Tenerife tras la [[Conquista de las Islas Canarias|conquista]]. Catalina, hija de [[Antonio Lercaro]], fue obligada a casarse con un hombre mayor que ella, que gozaba de una buena posición y gran riqueza, este matrimonio de conveniencia no fue del agrado de ésta que el mismo día de su boda decidió quitarse la vida arrojándose al pozo que se encuentra en el patio de su [[Casa Lercaro (La Laguna)|casa-mansión]] (actual [[Museo de Historia de Tenerife]]). A partir de ahí se construyó la leyenda por la cual mucha gente asegura haber visto el [[espectro]] de Catalina Lercaro paseando por los pasillos del museo. | Los Lercaro, eran una familia de importantes comerciantes [[genoveses]], asentados en Tenerife tras la [[Conquista de las Islas Canarias|conquista]]. Catalina, hija de [[Antonio Lercaro]], fue obligada a casarse con un hombre mayor que ella, que gozaba de una buena posición y gran riqueza, este matrimonio de conveniencia no fue del agrado de ésta que el mismo día de su boda decidió quitarse la vida arrojándose al pozo que se encuentra en el patio de su [[Casa Lercaro (La Laguna)|casa-mansión]] (actual [[Museo de Historia de Tenerife]]). A partir de ahí se construyó la leyenda por la cual mucha gente asegura haber visto el [[espectro]] de Catalina Lercaro paseando por los pasillos del museo. | ||
Revisión del 14:13 21 dic 2008
Catalina Lercaro, (Siglo XVI), fue una mujer italo-canaria, perteneciente a la familia de los Lercaro, en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, Canarias.
Los Lercaro, eran una familia de importantes comerciantes genoveses, asentados en Tenerife tras la conquista. Catalina, hija de Antonio Lercaro, fue obligada a casarse con un hombre mayor que ella, que gozaba de una buena posición y gran riqueza, este matrimonio de conveniencia no fue del agrado de ésta que el mismo día de su boda decidió quitarse la vida arrojándose al pozo que se encuentra en el patio de su casa-mansión (actual Museo de Historia de Tenerife). A partir de ahí se construyó la leyenda por la cual mucha gente asegura haber visto el espectro de Catalina Lercaro paseando por los pasillos del museo.